Al fracaso se le coge el gusto

Reconcome el eco de tu interior ansioso de encontrar algo donde rebotar, no hay palabras que se apilen en una habitación vacía por la ausencia de lo que una vez se amó.

Te juegas la vida contra ti mismo prometiendo no ser lo que siempre has sido, le haces otra vez el juego a la ignorancia sin saber que eso te persigue desde la infancia. Deseos de cambiar y construir algo nuevo, a veces nada tiene siendo a eso me he hecho. De la pared te brotan las protestas de todo lo que pides pero nunca apuestas, jodida ignorancia de niño chico que aun no sabes darle forma a todo lo vivido.

Corre más rápido hasta que nada te alcance, puede que así consigas engañarte entre tanto debaluarte. Has olvidado quien eres, ya nada te pesa -joder dios, se me está yendo la cabeza-. Quiero tener la certeza de saber a donde miro, ¿donde están los arboles con los que me hastío? No creo que existan verdades mas duras, que las de mirarte y ver mis promesas desnudas. Se cumple lo que nunca se promete y todo lo de más siempre acaba celebrando tu muerte, puede, puede que sea eso, lo que lleva a los locos a creerse cuerdos. Miran al mundo pendiente de un hilo con las prisas y las imposiciones de lo que nadie ha querido. Obligados a estar, deseosos de ser, nadie camina de la mano de lo que verdaderamente quiere ser. Suplo aquello que quiero matando la esperanza, busco y no entro todos los recuerdos de mi infancia, no los tengo, no los consolido. La madre tierra me llama pero yo intento seguir mi camino, he intentado aprender de ella, te lo juro que esto no me entirra. Pero todo es mentira, me consume poco a poco por dentro, seguro que dentro de poco estallo y nunca más lo cuento.

Me recuerda que me anclo al pasado, siempre he querido desarmarme sin hacer de esto un teatro. Me escondo cada vez que hablo liberando los horrores que siempre he encerrado, no te miento cuando hablo, no oculto lo que siento, para que jugar a ser adulto si por dentro no estoy muerto. Quiero seguir estando vivo, experimentado todo lo que vivo, pero esto me huele a azufre.

Que sensación más rara cuando intento hablarme y no me encuentro la cara, creo que me falta algo dentro, todo ese dialogo que con el que a veces protesto.