No paro, no dejo de divagar entre lo ambiguo y angustioso de esta, mi situación. Es como un miedo que se apodera de ti y empaña toda tu mente, y la verdad es que, no sé si es deseo, o es recuerdo, porque aunque intente dejar de pensar nada se opone, la yerba sobre la mesa, alcohol en la nevera, polen del vecino del 5to y del compañero de piso.