¿Cómo somos capaces de hacer cosas que nunca haríamos? Ese estado tan sobrio y a la vez tan ebrio de ilusiones, tan manchado del pasado y tan limpio del futuro, tan puro y a la vez tan negro porque aunque tu sabes que no es así las quimeras te engañan, te hacen creer cosas que no son, te ocultan las verdades o simplemente, aunque te las muestre, tu sigues, sigues intentándolo porque crees, crees en un futuro pero no te das cuenta que ese pasado es imborrable y solo una persona conseguirá borrarlo y esta no lo es.
Cada persona es capaz de dejar una huella en nuestro corazón, en nuestros recuerdos, de diferentes tamaños y profundidades, son huellas inconfundibles, no se mezclan y algunas casi imborrables. Ella la dejó bien profunda.
No sé cuantas veces he pensado en revivir en la mirada de desconocidos en si alguna de las tantas penumbras del camino encontraría a alguien que me devolviese la sonrisa que me robó una persona perfectamente imperfecta, perfecta porque me llenaba, era amor, amor del bueno, del que eres capaz de cruzar medio mapa por ella, e imperfecta porque cada día era superar una piedra mayor que la anterior, hasta que al final terminó, demasiado imperfecto, demasiada felicidad recibida pero mucha perdida.
La adolescencia, aquel periodo en el que sientes la necesidad de ponerle etiquetas a todo, nombre, clasificación, que es, de que grupo social, orientación sexual, ¿son pareja?, ¿novios?, ¿follamigos? Las etiquetas nos haces estar seguros, nos hacen tener un punto de apoyo, una especie de soporte que nos ayude a continuar, a saber que son las cosas con la simple finalidad de sentimos seguros pero me pregunto hasta que punto es bueno o malo ponerlas.
Como imaginar que todo acabaría así. Buscamos a alguien que nos haga sentir bien, que nos comprenda o al menos que nos haga sentir diferente, a gusto, como si todo fuese infamamente importante, alguien que sea capaz de pintar la nubes grises, que se formaron por la contaminación de personas, de colores.
Ni tan siquiera puedo ver tu cabello ondeando en el aire, anhelo la figura de tu sombra proyectada por la más ingenua luz que no sabe que tú eres la musa de cada inspiración, de cada frase, de cada folio en blanco que se llena de tu nombre y de mis pasiones. La única manera de tenerte cerca es escucharte pero de que sirve esto si yo lo que quiero es verte.
Encontrarte en la situación de no saber que hacer, que pensar sobre alguien, el porqué se comporta así, el porqué "ha cambiado". No saberlo y que el silencio, cruel, como es él, no responda sino con una monotonía.
Que es real, que es mentira, que es lo que mi mente quiere hacerme pensar o imaginar u ocultar. Buscar en cada rincón de mi mente una sensación más espectacular que la anterior, basarme en recuerdos para construir mi cielo paralelo, mi propio mundo. Mientras los recuerdos se basen en algo y la imaginación los construya, todo es posible, imaginar un futuro imposible o no imaginarlo porque no puedes y aunque puedas vas a realizar una acción y que esta sea pasto del olvido, no llegar a consumirla porque por alguna razón tú me lo impides.
Es increíble como los pequeños detalles son los que dan emoción y adrenalina a nuestra vida, sin ellos no podríamos sobrevivir, no sería lo mismo, todos necesitamos disfrutar, obtener placer, sentir como se nos sale el corazón del pecho. Lo que vas a encontrar si sigues leyendo es la descripción de un polvo, un relato erótico sin más, real o no, pero es posible que te inspire para buscar tu propia aventura y si no es así al menos te distraerás un rato.
Cuando es el momento en el que la mente deja de pensar y el corazón no para de sentir, de latir todo lo que calla, de gritar lo que nunca confesó. Cuando las palabras no son solo más que las cenizas que el viento se lleva pero los recuerdos, los hechos vividos, son más que cualquier muestra de cariño. Cuando todo se comprime en un infinito punto donde todo parece disperso por pequeño que sea, y no sabes que pensar, que sentir, te preguntas, como has llegado hasta ahí, como has podido llegar a sentir eso, si lo sientes por esa persona, si no lo sientes, ese momento cuando tienes miedo a que todo lo vivido y sentido no haya sido realmente vivido. Llega el momento en el que ya no sabes como expresarlo, como decirlo.
Odio a la gentuza que tiene perro en invierno y en verano lo ponen en la calle porque sobra, odio a las personas que van a la iglesia y luego el resto de la semana son peor que satanás, odio los gritos, odio los
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